La Segunda Guerra Mundial ha comenzado. A pesar de que España se mantiene neutral, Huelva se convierte en un punto clave para supervisar los barcos de ambos lados que cruzan el estrecho. Asimismo, posee una significativa colonia británica. Por esta razón, los alemanes envían agentes del Servicio Secreto para vigilar lo que acontece en la ciudad, especialmente en las minas de la provincia de Huelva, que son de propiedad inglesa y suministran mineral a Gran Bretaña para la fabricación de armamento y artillería.