Ubicada en una pequeña localidad de Michigan, donde la única actividad económica remanente son las cárceles, ya sean federales, estatales o privadas, la trama se centra en la familia McClusky. Este clan actúa como los intermediarios del poder, conectando a la policía, los criminales, los internos, los custodios de las prisiones y los políticos, en una ciudad que depende completamente de las instituciones penitenciarias y de los reclusos que alberga.