Frank Cordell, un sicario, se encuentra a la deriva, atado a un jefe de policía en estado crítico, cuando un grupo de excursionistas los rescata del agua. Justo antes de fallecer, el agente les advierte a Ray (John Cusack) y a su hijo adolescente que deben llevar a Cordell ante la justicia por sus horrendos crímenes. Sin embargo, Cordell es un profesional que siempre cumple con sus contratos y jamás deja a su objetivo con vida. En esta ocasión, su trabajo ha sido interrumpido, y no está dispuesto a dejarlo inconcluso. Con el jefe de policía muerto y Cordell siendo perseguido por sus propios hombres tras haberse escapado sin completar su último encargo, Ray se ve obligado a tomar una decisión.