Nick Naylor, director de comunicación de una importante empresa tabacalera, dedica su existencia a abogar por los derechos de los fumadores en un contexto de cultura neo-puritana predominante. Ante los ataques de organizaciones pro-salud y un senador oportunista, Nick toma la iniciativa como portavoz de la promoción del consumo de cigarrillos, pero simultáneamente empieza a reflexionar sobre la imagen que proyecta hacia su hijo pequeño, Joey.