Gregorio es un banquero extremadamente tradicional, ferviente aficionado del Real Madrid y con un carácter bastante malhumorado. Tras la inesperada muerte de su esposa, se ve obligado a cumplir su último deseo: esparcir sus cenizas en el río Guadalquivir. Para realizar esta tarea, Gregorio pasará un fin de semana en Sanlúcar de Barrameda junto a sus hijos. En este tiempo, deberá relacionarse con el novio de su hija Sandra, un apasionado del FC Barcelona, y con el de Alicia, un joven con un estilo de vida alternativo. Además, su hijo Carlos, con quien no ha hablado en meses debido a su orientación sexual, se presentará en compañía de su pareja Eneko, un vasco de ascendencia senegalesa.