Eva, una mujer de treinta y tres años, convierte su elección de permanecer en Madrid durante el mes de agosto en un acto de confianza. Anhela experimentar la vida de un modo diferente y considera el verano como un periodo lleno de posibilidades. En esos días de celebraciones y festividades, se presentan encuentros inesperados y circunstancias fortuitas, y Eva se dará cuenta de que aún tiene tiempo, que aún puede ofrecerse una nueva oportunidad.