En 1891, Gauguin se marcha a Tahití en busca de su esencia artística, deseando liberarse de las restricciones morales, políticas y estéticas de la Europa occidental. Se adentra en la jungla, enfrentándose a la soledad, la miseria y la enfermedad. En ese lugar, conoce a Tehura, quien se transforma en su esposa y musa de sus obras más destacadas.