Papá Noel siente que su tiempo en el trono está llegando a su fin y que ha llegado el momento de retirarse. Tiene la confianza de que su hijo Steven, quien es muy capaz y serio, aunque no especialmente festivo, esté listo para asumir el cargo de manera inmediata. No obstante, en esa Navidad surge un inconveniente: uno de los 600 millones de niños a los que debía visitar se queda sin su presente.