Por diversas razones, Ali y Ava experimentan la soledad. Su encuentro se produce a través de Sofía, la hija de los inquilinos eslovacos de Ali, a quien Ava se encarga de cuidar. A partir de entonces, y a lo largo de un mes lunar, se desarrolla una conexión intensa entre ellos, a pesar de las huellas que dejó la relación previa de Ava y la confusión emocional que enfrenta Ali. Todo esto se ve potenciado por la pasión compartida que ambos sienten por la música.