AL de Alba y Alfredo, E de Ernesto y LI de Lilián. Las iniciales de todos conforman el nombre que adorna la entrada de la casa de la playa: ALELÍ. Todos, excepto Silvana, quien llegó al mundo más tarde. Tras el fallecimiento del padre de los Mazzotti, la venta de la propiedad se vuelve inevitable. Debido a un inesperado retraso en el proceso de venta, la familia se sumerge en un fin de semana de rabia descontrolada, intereses opuestos, nostalgia no resuelta, sillas de playa, flores de Bach y enfrentamientos con la ley. Un fin de semana en el que todos chocarán entre sí, tanto en sentido figurado como literal.