Juan (Mario Casas), un preso en régimen de tercer grado y padre de familia, obtiene un permiso para acudir a la comunión de su hija en Sevilla. Sin embargo, la trágica muerte accidental de la niña revela una compleja red de corrupción policial y narcotráfico. El caso recae en Eli, una inspectora que deberá enfrentar la desconfianza de una parte de la policía y la ira del padre de la pequeña, quien busca hacer justicia por su propia mano.