Raquel ha estado fascinada por Ares, su enigmático y atractivo vecino, durante toda su vida. Lo observa en silencio, ya que, para su desagrado, nunca han tenido la oportunidad de hablar. Ella tiene un propósito claro: lograr que Ares se enamore de ella. Sin embargo, no es una joven ingenua y no está dispuesta a sacrificarlo todo en el proceso, ni mucho menos a perder su propia esencia...